Cysticercus bovis no es patógeno para los bovinos. Su importancia se debe a la
necesidad de condenar toda la canal infectada tras el control sanitario en
matadero. Esto es necesario para evitar la contaminación humana al consumir la
carne contaminada incorrectamente cocinada.
Los bovinos infectados no muestran ningún
síntoma clínico salvo que algún órgano vital (p.ej. el corazón) esté
masivamente infectado. Las infecciones de Taenia saginata en el hombre causan diarrea y pérdida
de apetito, pero a menudo no provocan síntomas.
El corazón se confirma como el sitio preferido de la cisticercosis bovina basado en la alta densidad y frecuencia de infección y una mayor visibilidad de las lesiones, debido a una respuesta inflamatoria temprana del músculo cardiaco; las formas juveniles se encapsulan a los 2 meses y después de 9 meses, generalmente ya están muertos (Boch &
Supperer 1988), debiendo realizarse la inspección minuciosa del corazón para mejorar la detección de animales infectados. En cambio, la musculatura esquelética se mantiene sin reaccionar durante más tiempo y los cisticercos permanecen infectantes
durante 2-2 ½ años (Boch y Supperer 1988, Scandrett et al 2009).
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